Lia se repite constantemente que no
debe comer. En su vida sólo hay sitio para contar las calorías, para
hacer ejercicio cuando la han obligado a ingerir una cantidad de
alimentos que ella considera demasiado. Siempre. Pero ahora su amiga
Cassie, con quien llegó al terrible pacto de convertirse en la más
delgada del instituto, ha muerto y la persigue en sus sueños, porque se
la quiere llevar con ella, no quiere estar sola al otro lado.
Lia tiene una oportunidad, puede coger la mano de aquellos que se la ofrecen: sus padres, su hermana pequeña, puede aceptar el consejo de los médicos, pero no será hasta que haya tocado fondo que pueda recobrar la ilusión por una vida que se le escapa de las manos.